*Dirección: Calle Montera, 4, MADRID.
*Ubicación: http://bit.ly/1iMkm5k
*Teléfono: 915218662
DATOS:
Montera Tattoo es la tienda de tatuajes (porque no se
puede denominar estudio debido a varias de sus características) dónde me hice
mi primer tatuaje y por ello le dedico un artículo aunque no esté en Salamanca.
Se encuentra muy cerca de La puerta del Sol en el centro de Madrid. Es un local
vistoso y que yo recuerde disponía de al menos diez tatuadores y una amplia
gama de servicios complementarios relacionados con el mundo del piercing y la
modificación corporal en general.
EXPERIENCIA PERSONAL:
Fui tatuado allí por primera vez en mi vida por un
búlgaro cuyo nombre nunca llegué a saber:
Año 2001 – Tatuaje tribal en un hombro.
Tontamente sumergido en la ignorante cabezonería de
mis dieciocho años, decidí hacerme mi primer tatuaje y lo escogí (en media
hora) en uno de los muchos catálogos de muestra que tenían en Montera Tattoo.
Pagué en una taquilla de cobro como si fuese a buscar una entrada para el cine
y de ahí me pasaron a un oscuro pasillo de cabinas de tatuaje separadas por
cortinas dónde un joven búlgaro que hablaba regular el castellano me sentó en
un sillón y me tatuó en menos de veinte minutos, de una forma eficiente pero
que me hizo pensar que cobraba por “piezas marcadas”.
Todo desde cruzar la puerta fue un proceso rápido,
impersonal y escéptico que poco o nada tiene que ver con lo que normalmente
suele ser el proceso (habitualmente especial) de hacerse un tatuaje.
Después volví a pasar por allí de casualidad en el
año 2009, entré a echar un ojo por aquello de la nostalgia y exceptuando el
mobiliario renovado y caras nuevas entre la plantilla, apenas percibí cambio
alguno en la esencia del negocio.
OPINIÓN GENERAL:
Si la ilusión por tatuarme y el atontamiento mental
de mis dieciocho años no consiguieron tapar las miserias técnicas de aquel
estudio que me pareció poco menos que una cadena de imprimación en la que te
tratan poco mejor que a una res, y ocho años después me llevé la misma
impresión tras regresar con la cabeza más asentada, no puedo si no pensar que Montera
Tattoo es algo así como “el McDonalds de los estudios de tatuaje”: Sitio
curioso y limpio, personal eficiente, modus operandi productivo y “Entre por aquí, le pinchamos acá, pague
allí y váyase por allá que hay gente esperando”. Sinceramente me resulta un
poco escalofriante y no es el tipo de experiencia que le recomendaría a nadie
tras haberme sentado en muchos sillones de tatuaje desde entonces.
Si visitáis sus críticas en Google+ en el enlace que
os facilito a continuación, podréis comprobar que trece años después las
opiniones de alguna gente no son muy diferentes a la mía, al menos muchas de
las que yo he leído:
APUNTES, “PROS” Y/O “CONTRAS”
RESEÑABLES:
Los únicos motivos por los cuales alguien puede
querer tatuarse en un estudio como el que describo, son la completa ignorancia
sobre la materia, o que necesite un tatuaje-plantilla cualquiera para fardar esta
misma noche con los amigos y no quiera esperar a que quién le marque la piel de
por vida le dispense un trato personalizado y cercano.
Para colmo sus precios son bastante altos
(competitivos para la zona, pero desmesurados en comparación a los de algunos
artistas locales que podéis encontrar en Salamanca). Y el trato, aunque
políticamente correcto, deja mucho que desear.
CONCLUSIÓN FINAL PROPIA:
Si queréis tatuaros no dudéis en recorrer muchos
estudios, pero buscad siempre algo íntimo, o al menos que no parezca una
franquicia de comida rápida, evitando siempre negocios como Montera Tattoo y
otras “servicios express dispensadores de tinta” que dejan mucho que desear en
comparación a los negocios autónomos de artistas independientes que a menudo
son sus propios jefes.
Yo me lo hice hace un año y pillé justamente una hora en la que no había nadie y el tatuador, cuyo nombre me comentaron por si quería vovler para repasos y demás, muy amable. Supongo que depende del caso
ResponderEliminar